martes, abril 03, 2007

PRD: lucha por la dirigencia

Itinerario Político
Ricardo Alemán
El Universal

Lunes 02 de abril de 2007

En el escenario de "tribus" y "pandillas" en disputa ha aparecido un puñado de potenciales precandidatos

S i en el PAN la pelea por la dirigencia de ese partido ha involucrado no sólo a la derecha tradicional y a la ultraderecha -a calderonistas y espinistas-, sino a los centros reales de poder en manos de ese partido -desde Los Pinos y hasta el más humilde municipio panista-, en la segunda fuerza política del país, el PRD, el fenómeno sigue la misma ruta, también en medio de severas colisiones y con un saldo que, contrario lo que ocurrirá en el PAN, en este caso resulta impredecible.

En el partido negroamarillo ya arrancaron reacomodos y "jaloneos" por la dirigencia nacional -prevista para agosto próximo- y, por paradójico que parezca, la lucha se concentrará en arrebatarle el control del partido al aún poderoso Andrés Manuel López Obrador, que pretende mantener la hegemonía del PRD en los próximos cinco años para garantizar, de esa manera, su segunda postulación como aspirante presidencial.

Por lo pronto, en el escenario de "tribus" y "pandillas" en disputa ha aparecido un puñado de potenciales precandidatos a suceder al "pelele" presidente nacional del PRD, el señor Leonel Cota Montaño, cuya dirigencia no ha sido más que la "cabeza de ganso" del tabasqueño y al que todos los grupos han cuestionado por su notoria incapacidad e ineficacia, ya no se diga por su ideología vinculada con la tradicional derecha priísta. Más que dirigente del PRD, Leonel Cota desempeñó el papel de "portero" del edificio partidista, que le fue arrebatado a la izquierda para ponerlo al servicio de una causa personalísima, la del señor López Obrador.

Por eso grupos como Los Chuchos, Los Pablistas, Los Amalios y otros hacen acuerdos, mueven sus piezas y proponen alianzas para impulsar a un dirigente fuerte, con una ideología que responda al origen y la doctrina del partido, y que sea un real factor de equilibrio -un árbitro cuyas tarjetas amarillas y rojas sean aceptadas por todos- para rescatar la franquicia del partido negroamarillo, de ese difuso y penoso sancocho en que fue convertido en los años recientes. Pero en el otro bando, el de López Obrador, no parecen tener los brazos cruzados, y también se preparan para lo que ya algunos consideran como "la madre de todas las batallas".

El grupo hegemónico, el de Nueva Izquierda, es el que cuenta con el mayor número de cuadros experimentados y "placeados" como para jefaturar al PRD. Ahí están, por ejemplo, los fundadores del grupo: Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos Navarrete, Víctor Hugo Círigo y René Arce, además del actual secretario general, Guadalupe Acosta Naranjo. En todos los casos se trata de políticos experimentados, vinculados fuertemente con la izquierda y poseedores de lo que algunos consideran cualidad y otros un defecto; una probada capacidad para el acuerdo, la negociación y las alianzas con los partidos antagónicos.

Por si fuera poco, Los Chuchos mantienen el control político en las dos cámaras y en la ALDF. Y si se toma en cuenta que los tiempos que corren serán los tiempos del Congreso -para bien o para mal, el gobierno de Calderón estará sometido a los resultados legislativos, en tanto que los partidos opositores, en especial el PRD, tendrán en el Congreso su mejor foro y palanca para el cambio- y que los cuadros de Nueva Izquierda se componen en su mayoría de experimentados legisladores, resulta que ese grupo parece tener las mayores posibilidades no sólo de éxito, sino de eficacia.

Pero no hay nada seguro. En la tienda de enfrente, López Obrador ha mandado a dos de sus más cercanos cuadros. Por un lado promueve al que fuera su sucesor temporal en el gobierno capitalino, Alejandro Encinas, un respetado político surgido de la más antigua tradición de la izquierda mexicana, el Partido Comunista, pero que en los meses recientes y a la luz de la contienda electoral de 2006 terminó convertido en otro "pelele" de Obrador, igual que el señor Leonel Cota. Por una razón que pocos entienden, Alejandro Encinas olvidó su origen y doctrina y se sometió lastimosamente a todo lo que le ordenaba su jefe sin la menor capacidad de autocrítica, y no se diga congruencia, por decir lo menos.

Pero apenas en días recientes apareció lo que algunos consideran un "plan B" en las filas del lopezobradorismo. Resulta que el ex gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, también afila sus armas para buscar la presidencia del partido. También su padrino sería el señor López Obrador, quien ya en 2005 lo había propuesto antes de que fuera electo el señor Leonel Cota. AMLO prefirió a Cota por sus probados atributos de maleable e incondicional. Atributos de peso, sin duda.

Y también hace unos cuantos días aparecieron señales en torno a que el experimentado legislador Pablo Gómez estaría buscando la dirigencia del PRD, una vez que anunció la creación de su propia corriente política, en cuya presentación hizo la más severa crítica que haya recibido el señor Leonel Cota. La guerra apenas empieza, y puede ocurrir todo, y todo es todo, incluso que no ocurra nada, y que el PRD siga secuestrado. Al tiempo.

aleman2@prodigy.net.mx

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